martes, 22 de marzo de 2016

La dieta impactante en la corte de Nabucodonosor

Una de las historias más notables acerca de los beneficios de la correcta alimentación se encuentra (muchos no podrán creerlo) en la Biblia: en el Antiguo Testamento se relata que Daniel y sus amigos sobresalieron en la corte del rey Nabucodonosor ingiriendo una dieta a base de legumbres que, además, fue su forma inicial de testificar a favor de su Dios.


Merling Alomía, autor de "Daniel, el Profeta Mesiánico", afirma que cuando Daniel se refiere a legumbres es “todo el amplio rango alimentario de origen vegetal encontrado en la naturaleza: frutas, cereales, hortalizas, legumbres, nueces, palmeras, etc”. Sin embargo, Daniel no estaba inventando esa receta, él hacía referencia a la dieta dada por Dios a Adán y a Eva en Génesis 1:29 “Os doy toda planta que da semilla, que está sobre la tierra, y todo árbol que lleva fruto y da semilla. Esto será vuestro alimento”.

Si bien el judaísmo no considera a Daniel un profeta, tanto cristianos como musulmanes sí le consideran un poderoso profeta. Triste paradoja la de Daniel, quien escaló posiciones de influencia en el imperio que en su tiempo era el más importante del mundo, donde él fue fiel a los principios de la religión y cultura hebrea del hogar en que fue educado de niño, pero no es considerado por sus descendientes como lo que fue: además de sabio y recto, un enviado.
Nabucodonosor (630 a.C.-562 a. C.) fue el hijo mayor y sucesor de Nabopolasar, quien liberó Babilonia de la dependencia de Asiria y dejó a Nínive en ruinas. Según Beroso el Caldeo, sacerdote -lo que le dio acceso a los archivos del Esagila, templo del dios supremo Marduk- y autor de una Historia de Babilonia, llamada "Babiloniaka", narrada en 3 libros, en griego (que no era su propio idioma), de la que sólo se nos han conservado citas-, Nabucodonosor contrajo matrimonio con la hija de Ciáxares, rey de Media, por lo que las dinastías de los Medos y Babilonios se unieron.
Nabucodonosor llevó a cabo varias campañas sobre Siria y Judá. Un intento de invasión a Egipto en 601 a. C. tuvo algunos contratiempos, causados por diversas rebeliones, incluyendo Judá.
Nabucodonosor capturó Jerusalén en el 587 a. C., y llevó prisionero al rey Jeconías o Joaquín.
Cuando el faraón Apries intentó nuevamente una invasión a Palestina, el 589 a. C., Judá y otros estados de la región se rebelaron. Esto concluyó con el asedio de Jerusalén, en 587 a.C./586 a. C., la destrucción del templo y la ciudad, y la deportación de muchos ciudadanos a Babilonia.
Tomando en cuenta el número de templos construidos o restaurados por él, se puede decir que fue un hombre de personalidad que contrastaba con la demostración de crueldad habitual en la mayoría de los soberanos asirios.
Él sólo destruyó Jerusalén cuando fue una necesidad política; pero los príncipes rebeldes obtuvieron perdón, mostró mucha consideración al profeta Jeremías, dejándolo libre de acompañar a los exiliados a Babilonia o de permanecer en Jerusalén, y nombrando a uno de los amigos del profeta, Godolías, como gobernador de Jerusalén; concedió también libertad a los exiliados judíos, y algunos ascendieron a una posición de prominencia en la Corte.
De acuerdo al historiador Tito Flavio Josefo, judío fariseo descendiente de familia de sacerdotes, uno de los caudillos de la rebelión de los judíos contra los romanos pero más tarde favorito de la familia imperial Flavia, en Roma, Daniel pertenecía a una familia noble del Reino de Judá, tal vez emparentada con la realeza.
Así fue como llegó a Babilonia en aquella deportación. Según se infiere de las secciones deuterocanónicas de su libro, tendría unos 14 años cuando fue conducido cautivo a Babilonia, junto a 3 jóvenes de su misma tribu, Hananías, Misael y Azarías, los 4 confiados al cuidado de Aspenaz, jefe de los eunucos que servían en el palacio real, hoy identificado con la zona arqueológica de Kasr, en la margen occidental del Eúfrates, a 80 Km. al sur de Bagdad, Irak.
La tradición judía sostiene que estos jóvenes también fueron convertidos en eunucos, por eso estaban a las órdenes de Aspenaz. Al fin de cuentas, era la costumbre en esos tiempos para con los enemigos que prestaban servicio en cualquier casa real.
Los jóvenes fueron introducidos en la cultura mesopotámica, aprendiendo su lengua, su escritura y su tradición literaria motivo por el cual recibieron nombres en lengua acadia tardía: Daniel (quiere decir "Dios es mi juez") fue Beltsasar (significa en acadio “príncipe de Bel”, el dios que el rey Nabucodonosor adoraba), Hananías (significa "Dios es misericordioso") fue Sadrac (algunos creen que sería una corrupción de Marduk, el nombre del más importante de los dioses babilonios. Otros tratan de darle un significado recurriendo a palabras sumerias. Hay quienes sugieren que es el nombre del dios elamita Shutruk. Y quienes dicen que sería “Iluminado por Aku”, que era el dios de la luna), Misael ("¿Quién es como Dios?") fue Mesac ("¿Quién es como Aku?", otro dios babilónico), y Azarías ("El Señor es mi ayuda") fue Abednego ("siervo de Nebo", un dios babilonico).
Cambiar sus nombres era parte del proceso de readaptación, de quitarles su personalidad anterior, de romper con su cultura y también con su Dios.
En el libro de Daniel, capítulo 1, en la Biblia, el relato es el siguiente:
"1. En el tercer año del reinado de Joacim rey de Judá, Nabucodonosor rey de Babilonia fue a Jerusalén, y la sitió.
2. El Señor entregó en su mano a Joacim rey de Judá y parte de los utensilios de la casa de Dios. Los trajo a la tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en el tesoro de su dios.
3. El rey dijo a Aspenaz, jefe de sus funcionarios, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real y de los nobles,
4. a jóvenes en quienes no hubiese ningún defecto, bien parecidos, instruidos en toda sabiduría, dotados de conocimiento, poseedores del saber y capaces para servir en el palacio del rey; y que les enseñase la escritura y la lengua de los caldeos.
5. El rey les asignó para cada día una ración de los manjares del rey y del vino que él bebía. Ordenó que se les educase durante tres años, para que al fin de ellos se presentaran al servicio del rey.
6. Entre ellos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de la tribu de Judá.
7. A éstos, el jefe de los funcionarios les puso nombres: A Daniel llamó Beltesasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego.
8. Pero Daniel se propuso en su corazón no contaminarse con la ración de la comida del rey ni con el vino que éste bebía. Pidió, por tanto, al jefe de los funcionarios que no fuera obligado a contaminarse.
9. Dios concedió a Daniel que se ganara el afecto y la buena voluntad del jefe de los funcionarios,
10. y el jefe de los funcionarios dijo a Daniel: --Tengo temor de mi señor el rey, quien ha asignado vuestra comida y vuestra bebida; pues cuando él vea vuestras caras más demacradas que las de los jóvenes de vuestra edad, expondréis mi vida ante el rey.
11. Entonces Daniel dijo al inspector, a quien el jefe de los funcionarios había puesto a cargo de Daniel, Ananías, Misael y Azarías:
12. -Por favor, prueba a tus siervos durante diez días; que nos den de comer sólo legumbres y de beber sólo agua.
13. Luego sean vistos delante de ti nuestro aspecto y el de los jóvenes que comen de la ración de los manjares del rey. Y según lo que veas, así harás con tus siervos.
14. Les escuchó en este asunto y los probó durante diez días.
15. Al final de los diez días el aspecto de ellos se veía mejor y más nutrido de carnes que el de los otros jóvenes que comían de la ración de los manjares del rey.
16. De modo que el inspector retiraba la ración de los manjares de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres. (...)".
¿Cuál era esa alimentación impactante de los 4 jóvenes?
“Legumbres”, en hebreo “Zero´im”, significa "alimentos vegetales", proviene de la ra

íz “Zerá” que significa "semillas". En general, se puede concluir que la traducción es: "Alimentos vegetales, de plantas que producen semillas".
Merling Alomía, autor de "Daniel, el Profeta Mesiánico", afirma que cuando Daniel se refiere a legumbres es “todo el amplio rango alimentario de origen vegetal encontrado en la naturaleza: frutas, cereales, hortalizas, legumbres, nueces, palmeras, etc”.
Sin embargo, Daniel no estaba inventando esa receta, él hacía referencia a la dieta dada por Dios a Adán y a Eva en Génesis 1:29  “Os doy toda planta que da semilla, que está sobre la tierra, y todo árbol que lleva fruto y da semilla. Esto será vuestro alimento”.
El padre de la medicina occidental, el griego Hipócrates, afirmó: “Que tu alimento sea tu medicina, y tu medicina tu alimento”. Ese era el concepto.
La dieta sugerida consistía en: panes de trigo y cebada, granos tostados y hervidos, ensaladas de verduras, frutas como higos, uvas y pasas, nueces granadas y especialmente dátiles que hasta hoy son muy abundantes y esenciales en la dieta mesopotámica, el aceite de oliva, miel de abejas, posiblemente queso.
La obstetra Teresa Heredia León, posgrado en Psicoprofilaxis; y el magister Samuel Huamán Obando, docente de la Facultad de Teología de la Universidad Adventista de Bolivia, recuerdan que en la pirámide alimenticia, tanto la antigua como la moderna, se puede observar que los vegetales y frutas recomendadas por día en la ingesta es de 3 a 5 porciones de vegetales y 2 a 4 porciones de frutas. En la pirámide moderna se añade el ejercicio.
Mark Messina, médico del Instituto Nacional del Cáncer de USA, hace una sorprendente declaración: “Coman en cantidad cereales integrales, verduras y frutas. Incluyan soja u otro producto en sus alimentos cada día. Consuman pequeñas cantidades de nueces, semillas… Lo crean o no, esto es todo lo que necesitan saber”.
En 1983 el Dr. T. Colin Campbell, quién investigó en China el régimen alimenticio, estilos de vida y mortalidad por enfermedades provocadas, escribió: “Hay abrumadoras evidencias de que las características nutritivas de los alimentos de origen animal fomentan las enfermedades degenerativas, mientras que las características nutritivas de los alimentos de origen vegetal inhiben el desarrollo de estas enfermedades”.
Posteriormente se hizo un estudio en USA y luego se los comparó con los realizados en China, los resultados fueron que los chinos padecen mucho menos enfermedades cardiovasculares, cáncer, osteoporosis y anemia que la población de USA, porque los chinos consumen el 96% de proteínas de origen vegetal, mientras que los estadounidenses, consumen el 71% de proteínas de origen animal.
El médico J. Andrés Vasconcellos, del Departamento de Ciencias de Alimentos y Nutrición, Universidad Chapman (Orange, California, USA), afirma: “El consumo de dietas con alto contenido de productos de origen vegetal (frutas, verduras, granos integrales y leguminosas) es considerado como medio de protección contra enfermedades crónicas, especialmente el cáncer. Personas que consumen un bajo nivel de frutas y vegetales tienen un doble nivel de riesgo para adquirir diversos tipos de cáncer que aquellas personas con un alto nivel de consumo de este tipo de alimentos”.
Aquí un listado de esos alimentos que ingerían Daniel y sus amigos:
** Legumbres
Son frutos que proceden de las vainas de las plantas, como los porotos, garbanzos, lentejas y habas (verdes).
Las legumbres son una alternativa a la carne, nutritiva y barata. Cuando a las legumbres se las ha dejado secar se las conoce como leguminosas, que incluye todo lo anterior, más soja y tarwi o tarhui (procedente del Perú, Bolivia y Ecuador).
Entre sus beneficios resulta que protegen contra casi todos los tipos de cáncer, y previenen los problemas cardiovasculares. Evitan la diabetes y la trombosis cerebral, mejoran la actividad intestinal y previenen el estreñimiento. Poseen alto rendimiento nutritivo. Son pobres en grasa pero ricas en hidratos de carbono y hierro, tienen más agua y más fibra. Provocan sensación de saciedad. Acumulan alta fibra vegetal. Tienen ácido fólico (esencial para el crecimiento, los tejidos y la salud) y son fuentes de proteínas más ricas que la carne, el huevo y el pescado, así como de vitaminas B.
** Cereales
Los cereales son un grupo de plantas dentro de otro más amplio: las gramíneas. Se caracterizan porque la semilla y el fruto son en su mayoría una misma cosa: los granos de los cereales. Hoy día en esta región del planeta, los más utilizados son: el trigo, arroz, maíz, cebada, centeno, avena, mijo, quinua, cañihua o kañawa, y kiwicha.
Son carbohidratos de absorción rápida. Su fibra es de absorción lenta. El contenido proteico depende del cereal y del procesamiento industrial. Bajo en grasas. Contienen minerales. Contienen todas las vitaminas del complejo B. Vitamina E presente en el germen. Vitamina B1 abundante en el salvado. Tienen proteínas de moderada calidad biológica, pero combinados con legumbres tienen alto valor proteico.
** Frutas
Son los alimentos más importantes dentro de los alimentos naturales vegetales. Deben estar presentes diariamente en la dieta.
Entre sus beneficios se consideran las vitaminas hidrosolubles (B y C) que no se almacenan, vitamina E (sana heridas). Son ricos en fibra y minerales. Aportan energía (hidratos de carbono simples: fructuosa, sacarosa y glucosa muy bien asimilables). Contienen fitoquímicos (convierten a las frutas en fuentes curativas). Previenen la obesidad, diabetes, hipertensión, estreñimiento, ataques de corazón y cáncer (flavonoides). Son potentes antioxidantes. Saludables para los huesos. Neutralizan el exceso de acidez. Purifican el organismo (eliminan exceso de líquidos y residuos). Hidratan el cuerpo. Una dieta con variedad de frutas y vegetales prevendrá 20% o más casos de cáncer.
** Oleaginosas
El sésamo, nueces, cacahuates, almendras, pecanas, cajú, semillas de girasol, de calabaza, canola, linaza, cártamo, etc., son algunos de los alimentos que se encuentran en el grupo de las oleaginosas.
Los aceites de oleaginosas pueden ser a base de: algodón, canola, cártamo, girasol, olivo y soja.
Entre sus beneficios, son grasas naturales. Aporte calórico indispensable y vital. Reducen el colesterol en sangre. Previenen enfermedades cardiovasculares, diabetes y obesidad. Ricos en proteínas vegetales. Contienen  vitaminas E, B1, B2, ácido pantoténico. Contienen calcio Contienen hierro, magnesio y potasio. Benefician el sistema nervioso central, su carencia produce nerviosismo, irritabilidad, depresión, debilidad y cansancio anormales. Usados en la dieta para personas que desean dejar el cigarrillo. Ideal en el embarazo. Ideal en la lactancia por el efecto galactógeno (aumenta la secreción de leche materna).
** Hortalizas y verduras
Son los vegetales que se cultivan en el huerto. A estos se han añadido los tubérculos y raíces.
Entre sus beneficios, son ricos en minerales, calcio, hierro, vitaminas y fibra (celulosa, evita cáncer de colon). Regulan las reacciones químicas que se producen en el organismo. Tienen efecto saciante. La mayoría tiene 70% a 90% de agua, 0,5% a 3,0% de proteínas y 0,5% de grasa. Contienen entre 2% y 8% de carbohidratos digerible y no digerible. Son anticancerígenas. Tienen vitaminas hidrosolubles, liposolubles y antioxidantes. Algunas actúan como condimentos.
** Agua
Elemento vital e indispensable para la vida. El 60% está dentro de las células y el 40% fuera de ellas. Los huesos tienen del 20 al 25% de agua. Los músculos, 75% de agua. El cerebro es 85% agua, por lo tanto, un buen cerebro es mayormente agua. Debemos consumir entre 5 y 8 vasos diarios.
Beneficios: Ayuda en la respiración, digestión, secreciones glandulares, regulación de temperatura, circulación sanguínea, expulsión de productos de desecho.
Joan Sabaté, catedrático y director del Departamento de Nutrición, Escuela de Salud Pública, Universidad de Loma Linda (California, USA), afirma: “El consumo abundante de frutas y verduras previene la aparición de ciertos cánceres. La ingesta de cereales integrales y frutos oleaginosos reduce el riesgo de infarto del miocardio y el exceso de colesterol en la sangre. Además de ser ricos en fibras, minerales y vitaminas, los alimentos de origen vegetal aportan a la dieta sustancias aún no bien conocidas,  ni clasificadas como nutrientes (elementos fitoquímicos), pero con potentes efectos anticancerígenos y curativos de múltiples enfermedades y dolencias”.
Por lo tanto, es impecable lo que aconseja el Génesis acerca de la alimentación, y retomado por el ejemplo de Daniel: el hombre posee información precisa sobre los alimentos saludables desde el inicio de su historia.
Quien estudió en detalle estas cuestiones, Elena de White, escribió hace algunas décadas atrás: “Los cereales, las frutas carnosas, los frutos oleaginosos, las legumbres y las hortalizas constituyen el alimento escogido para nosotros por el Creador. Preparados del modo más sencillo y natural posible, son los comestibles más sanos y nutritivos. Comunican una fuerza, una resistencia y un vigor intelectual que no pueden obtenerse de un régimen alimenticio más complejo y estimulante”.

http://www.juntosbien.org/articulos/una-dieta-impactante-en-la-corte-de-nabucodonosor


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